Mi historia comienza en Roma, bueno para ser exactos a unos 4.000 metros de altura. En una turbulencia.
Viajar en avión ha sido algo a lo que siempre he tenido mucho respeto, tengo la mala costumbre de pensar que poner un pie dentro del avión es estar condicionado a que el piloto esté concentrado ese día.
Ya me había percatado de que estaba sentado delante mía desde el inicio del vuelo, pero apenas había tenido relación con él anteriormente y comenzar a hablarle de buenas a primeras me daba mucha vergüenza.
Hablamos en algunas ocasiones, cada vez que se giraba en el asiento, recuerdo nuestra conversación acerca de su futuro viaje a Alemania o de su pasión por la música.
El vuelo transcurrió sin dificultades durante gran parte del viaje, pero fue cuando estábamos llegando a Italia cuando comenzaron las turbulencias.
Cuando el avión comenzó a dar leves botes y a subir y bajar realmente sentí que no volvería a poner los pies en tierra firme. Seguramente fue un acto reflejo, pero mi intuición me hizo desplegar los brazos hacia adelante y agarrarme a su asiento, más en concreto a sus hombros.
Toda aquella situación me daba mucha vergüenza, pero en aquel momento temía más por mi vida, así que me aferré fuerte a él. Seguramente estaría pensando que estaba loca o algo por el estilo, pero me sorprendí al notar el contacto de su mano con la mía. Y así fue, durante unos segundos me cogió y acarició la mano.
Me sorprendí no solo al notar nuestras manos en contacto, también de la suavidad de su piel y de la dulzura con la que me acariciaba el dorso de la mano.
Cuando bajamos del avión (y pude besar el suelo) no sé por qué, pero mi subconsciente lo buscaba por la pista de vuelo. Recuerdo caminar hacia adelante porque había visto a mi amiga situada en la otra escalera de salida del avión. En ese momento un brazo me agarró por los hombros y su solo contacto hizo que me estremeciera. Lo supe, estaba perdida.
Tras este episodio tan particular supe que mi corazón había decidido quedarse impregnado de su tacto y que temblaba con su proximidad, así que decidí no luchar contra aquello que sentía y dejarme llevar.
Pasó el viaje y de vuelta a Sevilla los días fueron transcurriendo. Cada segundo que pasábamos juntos estaba más segura de que era una persona increíble y maravillosa, y lo inevitable terminó pasando...
Recuerdo un día en particular en el que hablábamos del amor y de haber estado enamorado. Recuerdo haberle preguntado por si había sentido eso alguna vez y su respuesta...estoy enamorado de la música. Me preguntó entonces él si yo había estado enamorada y en ese momento me hice la dura, no me sentía capaz de decirle que mirarle a los ojos me hacía sentir perdida y que verle sonreír era la sensación más hermosa que había sentido nunca. Poco a poco me fui quedando impregnada de cada uno de sus gestos, su forma de reír, su manera de tratar a los demás, de cómo me miraba, pero sobre todo, lo que más me sorprendió es lo que me gustaba a mi misma cuando estaba con él, podría enumerar cada una de las cosas que cambiaron de en mi vida, pero todo se resume en una palabra; felicidad. Y sin más remedio, me enamoré, mi cuerpo se encontró invadido de un sentimiento sano, puro y verdadero. Ha habido momentos en los que sólo él ha sido capaz de sacarme una sonrisa y ha conseguido potenciar únicamente lo mejor de mi, haciendo que me olvide del miedo y llenándome de confianza.
Me gustaría que nuestra historia se pareciera a una línea semi recta, una sucesión de puntos colocados en la misma dirección que tiene principio, pero no final.
En cuanto a ti...te he dicho de mil maneras diferentes cuanto significas para mi, pero aún así no me basta, si me lo permites me gustaría seguir demostrándotelo el resto de mi vida y poder darte cada día un motivo diferente por el que debes de estar conmigo. Antes de ti no creía en una vida perfecta, pero ahora no tengo duda, existe, y es a tu lado.
martes, 29 de julio de 2014
lunes, 28 de julio de 2014
Makeshift Chemistry
Como se suele decir, en la variedad está el gusto, y precisamente hablando de variedad hoy quisiera presentaros a un pequeño grupo de pop-rock compuesto por cuatro chicos con unos gustos musicales peculiares. Supongo que todos habréis oído hablar de los Beatles o de algún que otro grupo más actual como es el caso de los Arctic Monkeys, pues bien, este grupo de jóvenes promesas a versionado alguna de las composiciones más famosas de estas agrupaciones ya veteranas (con bastante acierto debo de admitir).
Si tuviéramos que atribuirles algún adjetivo apostaría por destacar su proximidad con el público, pues lejos de tratarse de un grupo que pisa el escenario para dedicarse únicamente a su música, este grupo intenta por todos los medios que sus espectadores disfruten, incluyendo popurris de canciones conocidas o la participación directa de los propios asistentes.
Aunque aún son pocas las actuaciones que han protagonizado no han dejado con mal sabor de boca a su público, quienes han continuado asistiendo a sus modestos conciertos.
Proseguiré a poner nombre y apellido a los componentes de la agrupación. (De izquierda a derecha, basándonos en la fotografía inicial). Primero nos encontramos con Julio Castillo Villar, último fichaje del grupo y actual bajista, a éste le sigue Miryam Toro Pazos vocalista de la agrupación. A continuación encontramos a Fernando Monge Cañas, vocalista y guitarra (electro acústica) y finalmente a José Boza Barrionuevo, siendo éste último guitarrista (eléctrica).
Las imágenes que encontrareis a continuación fueron tomadas en su última actuación, realizada el pasado Martes 8 de Julio en el parque del Alamillo (Sevilla)
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